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Actualidad Noticias | Los programas de prevención multinivel de la depresión reducen el riesgo de suicidio y son coste-efectivos

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Según los datos recogidos en el Libro Blanco de la Depresión y el Suicidio, las pérdidas de productividad por bajas laborales y prematuras representan el 67% de los costes totales de la depresión en España.

Asimismo, diferentes trabajos recientes cifran en 6.000 millones de euros el coste total de la depresión en nuestro país y datos del Ministerio de Sanidad registran que, solo en 2018, en la Comunidad de Madrid más de 1.000 pacientes con Trastorno de Depresión Mayor (TDM) fueron hospitalizados, con una estancia media de más de 15 días y un coste medio de 5.492€. Estos datos se han expuesto durante la celebración del foro virtual ‘Depresión y suicidio’ en la Comunidad de Madrid donde se ha debatido acerca de la situación actual y se ha presentado el Libro Blanco “Depresión y suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental”, impulsado por la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), con el apoyo de Janssen.

“Esta enfermedad es una de las principales causas de baja laboral en nuestro país y, por tanto, uno de los principales motivos de falta de productividad y coste económico. Invertir en programas de detección precoz, no solo haría que disminuyesen los cuadros graves de esta enfermedad, sino que también podría reducir los costes asociados a esta enfermedad”, ha subrayado el doctor Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP).

Según Juan José Carballo, psiquiatra adjunto del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente en el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el impacto de esta enfermedad no está solamente vinculado a los costes sanitarios, sino que, además, se han de tener en cuenta otras de sus consecuencias, como la mortalidad prematura por suicidio, o el impacto en la unidad familiar. “Para poder hacer frente a estos obstáculos y favorecer una atención más eficaz, necesitamos una estrategia de salud mental que cuente con un plan integral y multisectorial de prevención para que las respuestas nacionales sean más eficaces y pueda hacer frente a problemáticas como la falta de recursos en investigación y de personal sanitario capacitado”.

«Desde la Comunidad de Madrid, hemos puesto en marcha diferentes acciones estratégicas que demuestran que los programas de prevención multinivel no sólo reducen el riesgo de suicidio, sino que son coste-efectivos”, ha explicado la doctora Mercedes Navío, coordinadora del Libro y de la Oficina de Salud Mental en esta comunidad.

Flexibilidad, innovación y detección temprana para enfrentar las cifras

La prevalencia de la depresión puede variar en función de las poblaciones de estudio y los criterios diagnósticos aplicados. Según la última Encuesta Nacional de Salud, llevada a cabo en nuestro país en el año 2017, un 6.68% de la población española y un 4,72% de la población madrileña había recibido un diagnóstico de depresión en los 12 meses anteriores al estudio.

Para el doctor Arango, disponer de una mayor capacidad de flexibilidad e innovación es fundamental para poder reconstruir y mejorar los modelos de atención a la salud mental. “Agilizar los procesos para que el paciente llegue antes a la consulta especializada es, ahora más que nunca, una medida clave para retomar el pulso de la detección temprana y conseguir estabilizar las cifras de prevalencia y también para hacer frente a la nueva ola de casos asociada a las consecuencias de la covid19”.

En este mismo sentido, la doctora Navío ha indicado que “la Comunidad de Madrid ha sido pionera en contar con un Plan de Respuesta Asistencial Prioritaria en Salud Mental por la crisis generada por la Covid-19. El plan, dotado de casi 3,5 millones de euros, tiene como objetivo atender a los colectivos más vulnerables, entre ellos, a los profesionales sanitarios. Asimismo, han culminado las contrataciones previstas para 2020 en el Plan de Salud Mental 2018-2020, lo que supone en total la contratación de más de 100 profesionales especializados en esta área en 2020”.

Por su parte, el doctor Carballo ha querido recordar que la pandemia por el coronavirus está siendo un momento particularmente difícil para la sociedad y, en especial, para niños, adolescentes y personas con necesidades especiales o con experiencias de trauma o maltrato. “Es de vital importancia que los pacientes puedan acceder a consultas para mantener los tratamientos y continuar trabajando en la detección temprana de casos para evitar las consecuencias a largo plazo”.

Los expertos han coincidido en que es imprescindible que la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud se actualice tras casi una década sin hacerlo, vertebrando y definiendo objetivos comunes y visibilizando esta necesidad prioritaria con un abordaje auténticamente biopsicosocial equilibrado.

Los efectos nocivos de la estigmatización

El estigma y el tabú con relación a los trastornos psiquiátricos, como la depresión, o respecto a la conducta suicida pueden tener el efecto nocivo de dificultar o impedir la búsqueda de ayuda por parte de los pacientes que lo necesitan.  Uno de los retos, ha comentado el doctor Carballo, es “proporcionar una información adaptada y de calidad. Profesionales y medios de comunicación debemos trabajar conjuntamente para difundir una información de calidad que nos aleje y evite mantener creencias erróneas y discriminatorias. Además, deberíamos favorecer la incorporación de las personas con enfermedad mental en acciones solidarias, su integración normalizada en sus lugares de residencia, la sensibilización en el ámbito educativo y la formación de distintos agentes sociales”.

La doctora Navío ha recordado la importancia de continuar concienciando a través de campañas de sensibilización. “El cambio del tratamiento informativo de este problema de salud pública en los medios de comunicación y la insistencia en el enfoque de la prevención han conseguido darle visibilidad en la última década, aunque aún persista. Hay que seguir insistiendo en esta línea y dar voz a los pacientes con depresión y a los familiares supervivientes de las personas que fallecieron por suicidio”.

Al final lo que uno no percibe, no puede ver y no puede tocar tiene una menor visibilidad. Hay muchas formas de combatir esta estigmatización de la enfermedad, pero nada es tan eficaz como la educación. ­Educar desde el colegio, y que los niños aprendan en una asignatura lo que es la salud mental y la importancia del bienestar emocional es muy importante para que entiendan y sientan empatía por el otro. En países como Finlandia o Dinamarca ya existen estas materias en la enseñanza primaria”, ha concluido el doctor Arango.

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Halley
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